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Sector, estrategia competitiva o estrategia corporativa

domingo, 12 de diciembre de 2010

El ocio sin literatura es la muerte


La Feria del Libro de Madrid que se celebra una vez al año es un evento anheladamente esperado por todos los aficionados de la literatura. Como misión del evento se formula por un lado la “promoción de las últimas tendencias literarias europeas” y por otro “el fomento del hábito de la lectura”. Cumplir esos objetivos, satisfacer tanto al público objetivo (en este caso los aficionados) como a los propios intereses del sector editorial, y al mismo tiempo intentar atraer cada vez más gente, es el reto al que se enfrentan anualmente los organisadores de la Feria del Libro de Madrid.

            La feria madrileña se celebra cada año en primavera, durante poco más de dos semanas. En el año 2010 se reunieron 408 expositores en el Parque del Retiro, entre ellos, editores, librerías, distribuidores y organismos oficiales. Además de la exposición y la venta en las casetas se ofrecen más de 300 actividades, como mesas redondas, conferencias, debates, cuentacuentos o teatros, sin olvidar las firmas de libros por parte de sus autores.

Muchas de las actividades están organizadas por entidades colaborativas como el Ayuntamiento de Madrid, la Fundación MAPFRE y (en gran parte) las universidades de Madrid. Cada año hay un país invitado que participa con autores, especialistas en otras áreas y con una programación complementaria. Este año los invitados fueron los países nórdicos, en 2011 el protagonista será Alemania.

            Centrando la perspectiva más a lo económico, uno llega a preguntarse si en caso de una feria del libro se puede hablar de competidores. Observando un poco el entorno de la Feria del Libro de Madrid, se puede comprobar que en varias ciudades españolas hay una Feria del Libro, fuera de las que existen en el extranjero por supuesto. Hasta en la propia Madrid hay una Feria del Libro Antiguo, que obviamente tiene un enfoque diferente,  pero que sí se puede considerar competencia. ¿Cuál será entonces la estrategia competitiva de la Feria del Libro de Madrid?

            Como el sector editorial está ligado a precios fijos, la estrategia de cualquier Feria del Libro tiene que basarse no en los costes sino en la diferenciación. Se han de destacar unos aspectos de esa diferenciación de la Feria del Libro de Madrid como también puntos a mejorar. El lugar es una de las fuerzas que tiene la feria madrileña. El Parque del Retiro es uno de máximos atractivos de la capital española, y precisamente en primavera, es el tiempo en el que más invita a pasear por alli. Sin embargo, la celebración de la feria al aire libre también puede resultar un riesgo enorme, como se demostró este año. “El tiempo ha influido de forma determinante en la afluencia de visitantes”, constata Teodoro Sacristán, el director de la Feria del Libro de Madrid.

            Aparte del entorno de El Retiro, la feria también aporta al público algo que aquí se llamará valor añadido. Quiere decir que el visitante no sólo puede ir al evento a comprar un libro, sino que se le ofrecen muchas cosas a las que normalmente no tiene acceso -o no tan fácil-. Primero hay que mencionar el cambiante eje temático que presenta la literatura de un país que a lo mejor no entra en el canon normal de los lectores. Además, “su gran baza”, como lo llama Teodoro Sacristán, “son las librerías especializadas y la presencia de las editoriales con sus fondos”, que también sirven para ampliar el horizonte del público. Y lo tercero, que ya llegó a ser una tradición, son las firmas de los autores. Ese acercamiento a los escritores obviamente es algo que causa una mayor valoración de los libros en general y más de los que están firmados. Está claro que los nombrados valores añadidos también se encontrarán en otras ferias del libro. La diferenciación en este ámbito por lo tanto se notará mirando un poco más en detalle: ¿Qué países se invitan, qué librerías se presentan, qué autores vienen a firmar?

            Otro recurso intangible que resulta ser una ventaja competitiva es la reputación de la Feria del Libro de Madrid. En 2011 se celebrará la 70ª edición, esto posiciona a la feria como una marca. El público ya sabe de ello, cuándo se celebra, qué le espera, ya se volvió en una tradición y en una parte indispensable en la vida cultural de Madrid. Además también tiene un cierto prestigio: está patrocinado por del Ayuntamiento, la Comunidad de Madrid y MAPFRE, el cartel está siempre diseñado por un artista importante y los autores visitantes son bastante reconocidos, para nombrar unos ejemplos. Esa reputación resulta en una fama, que en parte da la seguridad de que la actividad será exitosa, por otra parte sube bastante el nivel de los objetivos que hay que cumplir año a año.

            Todos estos recursos mencionados, la Feria del Libro de Madrid los sabe usar y manejar muy bien. Pero al mismo tiempo hay otros de los que no llegó a sacar provecho todavía. Aquí habrá que nombrar primero las nuevas tecnologías. El hecho de que en el año 2009 estaban prohibidos los libros electrónicos por los reglamentos de la feria casí habla por sí solo. Así que una gran propuesta sería en el futuro conceder a los E-Books su rol adecuado, que si no en España, pero si en muchos otros países, ya es muy importante.

            El segundo gran problema es que la Feria del Libro de Madrid  “suele dejar vacíos los pabellones en los que se celebran actos culturales”. Hay una discrepancia tan enorme entre los visitantes de las casetas de la feria y los que acuden a la programación adicional ofrecida, que cada año se termina discutiendo quitar las actividades paralelas. La así llamada “gran prueba de la feria madrileña” se volvería ventaja competitiva con la oferta de un programa más atractivo y más integrador, con una mejor colaboración con entidades como colegios o escuelas, y un mayor grado de participación del público. Pero lo más importante en ese caso es la manera de comunicarlo, para que se puedan contar esas actividades no como problema sino como valor añadido. En todo caso queda la duda, si los organizadores del evento realmente quieren mejorar el programa, porque el énfasis de esa Feria del Libro se nota claramente que está focalizado en la parte comercial, es decir en la venta.

            Con este razonamiento volvemos otra vez al principio, al reto de satisfacer muchos intereses a la vez, de encontrar un equilibrio entre el comercio y la cultura. Porque más que un acontecimiento cultural la Feria del Libro de Madrid se puede considerar un evento de comunicación del sector editorial, que finalmente sirve para reforzar el posicionamiento de él mismo.

Pero, para no terminar con esa idea un tanto pesimista, indudablemente cabe destacar que siempre habrá muchas personas que sigan con la opinión de que el ocio sin literatura es la muerte y la vida sin el ocio mucho más.

Escrito por: Martina Zimmermann


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2 comentarios:

Patri Vergara dijo...

El próximo año esteremos en la Feria atentas no?? besos

Patri Vergara dijo...

El próximo año esteremos en la Feria atentas no?? besos