Como en la película Princesa por sorpresa, en la que una joven Anne Hathaway se encuentra repentinamente luciendo la corona real en la cabeza, así se ha visto Hernán Casciari, sorprendido por el éxito de todos y cada uno de los proyectos que emprende. Un tipo con suerte, han dicho muchos. Y si bien la suerte no le ha faltado, la estrategia de negocio de su proyecto cultural es menos accidental de lo que parece.
Hernán Casciari (Buenos Aires, 1971) era hasta la fecha un escritor conocido por sus columnas en periódicos como EL PAÍS o La Nación. En paralelo a su colaboración con estos medios, trabajaba en sus blogonovelas, es decir, escribía ficción y la publicaba en su blog Orsai (quédense con el dato). Debido a la aparición de su nombre en esos gigantes comunicativos, Orsai tuvo una gran difusión, y blogonovelas como Más respeto, que soy tu madre, le han proporcionado el suficiente éxito como para retirarse del sufrido mundo del columnista. “Imagínate, de cada [representación] yo me llevo el 10%” dijo Casciari en entrevista a EL PAÍS el 10/11/2010. Y es que solo en Argentina se ha convertido en un fenómeno teatral que ha visto más de un millón de personas. ¿La suerte del principiante o estrategia competitiva? Desde luego como escritor, ha sabido mover su obra de una manera distinta, haciendo un uso inteligente de los canales masivos y gratuitos y de la visibilidad de su nombre a partir de los medios con los que colabora, difundiendo así su obra sin tener que dar cuenta a intermediarios. Pero aquí no acaba la novela.
Después de haber ganado el suficiente dinero “como para dejar de trabajar”, Casciari decidió emprender otro proyecto. El escritor argentino ha decidido editar una revista de papel de máxima calidad, sin ningún apoyo público ni privado. Es decir: ni subvenciones ni publicidad, sólo relatos y periodismo narrativo para esta publicación que contará con un texto de Juan Villoro en su primer número, a la venta el 1 de enero de 2011. En primer lugar puede sorprender que un hombre que se ha hecho rico a base de mover su obra en la red, decida invertir en un sector tan decaído como es el de las revistas especializadas en edición de papel. Sin embargo, lejos de dar bandazos, Casciari cuenta con una estrategia muy cuidada. Que la distribución es la clave, es algo que ya aprendió con las blogonovelas. Y por supuesto que no se le ha olvidado. A día de hoy la revista ha vendido 10.080 ejemplares sin haber publicado ni un solo número. “Una revista cada tres minutos” como reza el titular de la noticia de EL PAÍS antes citada.
Nadie la ha visto todavía y sin embargo si uno entra en el blog, puede seguir paso a paso su proyecto de redacción, maquetación e imprenta. Se trata de que el lector tome parte activa del proceso de constitución en todas sus etapas, especialmente el de la distribución y venta. Y aquí es donde se diferencia del resto de revistas del sector, pues mediante un formulario que se encuentra en la web, el usuario puede pedir a los libreros que encarguen la revista, o puede comprarlas él mismo en packs de 10 y convertirse en vendedor. La web le permite anunciarse y ver los puntos de distribución mediante una aplicación de Google Maps, de modo que los lectores se organizan para obtener su ejemplar. Tan bien les va que han decidido mantener de manera indefinida el descuento del 20% sobre el precio final para los distribuidores. Porque ese es otro cantar: el precio se fija calculando el coste de 15 periódicos de los sábados de cada país. De modo que la revista cuesta 16 euros en España, 22 en Japón y 0,0006 en Cuba, a la que no cobran ni los gastos de envío. Y para aquellos que ya superaron la fase del papel, habrá también una versión para Ipod.
Solo queda por descubrir el nombre de la revista. Orsai, por supuesto. Y es que, como un buen estratega, Casciari sabe que si algo funciona mejor no deshacerse de ello.
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