Ante la crisis de identidad (y económica) que muchos festivales parecen arrastrar, el Festival Internacional de Cine de Gij
El festival se remonta al año 1963, año en el que surgió como una iniciativa del Ayuntamiento de Gijón. El nombre del festival ha cambiado a medida que ha ido consolidando su personalidad. Inicialmente recibió el nombre de Certamen Internacional de Cine y TV Infantil. Entre 1977 y 1987 utilizó el nombre de Certamen Internacional de Cine para la Infancia y la Juventud. Para en 1988 llegar al actual: Festival Internacional de Cine de Gijón (AKA: FICXixón).
Estos cambios de nombre nos acercan a su misión. El festival tiene una clara identidad desde su creación, es un festival que muestra un especial interés en el público más joven y que apuesta por un cine diferente. De hecho todos los años hay un jurado compuesto por jóvenes entre 17 y 25 años, que se selecciona entre aquellos que lo solicitan. La alcaldesa de Gijón Paz Fernández Felgueroso ha defendida el carácter vanguardista y abierto de este certamen. En sus palabras el Festival de cine de Gijón se ha convertido: “en el gran referente del cine alternativo, de ese otro cine que se aleja de estándares más comerciales”, un festival de “arriesgadas y honestas propuestas cinematográficas”. “El Festival tiene personalidad propia, y esa se parece y mucho a la de los gijoneses, que sin complejos apuestan por reivindicar lo original, lo único y lo verdadero”.
Por otra parte aparece rápidamente una clara búsqueda: la de ampliar su ámbito de influencia, llegar cada vez a más gente. La meta del festival enraíza con su personalidad inconformista, un inconformismo que no pierde de vista sus referentes identitarios y que, sin duda guiado por estos, trata de embaucar cada vez más a un público lo más heterogéneo posible.
Esta personalidad juvenil, contemporánea, arriesgada, reivindicadora de lo original y anclada en lo local (en la identidad de los gijoneses) confiere al festival una clara ventaja competitiva dentro del sector. En palabras de su director: “Los festivales están enraizados en la ciudad donde se celebran; por tanto, cada certamen debe tener una personalidad muy propia acorde con el lugar en el que se encuentra”.
El Festival de Gijón apuesta por película distintas, agresivas o al menos diferentes; por cineastas que son unos verdaderos francotiradores que hacen un cine de guerrilla con muy pocos medios; por lo nuevo que se está haciendo ahora en cine. Algo de lo que parece alejarse poco a poco Sundance, meca del cine independiente estadounidense, donde la importante presencia de ejecutivos de las majors de Hollywood confiere cada vez un menor espacio a los cineastas indies. Gijón siempre ha mezclado en exitoso equilibrio sus propias apuestas con las sorpresas que ha ido pescando en diversos festivales, quizá con la ventaja de tener que soportar el peso de una industria menos voraz que la americana a sus espaldas.
Es un festival de cine independiente, diferente o alternativo (como tantos otros) pero es mucho más que eso en sus intangibles, en su búsqueda por ser representativo de una manera de ver el mundo.
http://www.publico.es/culturas/347292/gijon-apuesta-por-el-cine-espanol-de-autor
http://www.lne.es/tv-espectaculos/2010/11/12/certamen-heterogeneo-parece/993540.html