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jueves, 10 de diciembre de 2009

Desfases del mercado cinematográfico por Nadia Corsi

La mayor parte de los reportajes o artículos de opinión sobre el cine español hablan de un sector en crisis que necesita subvenciones para sobrevivir.
Según "FECE", Federación de Entidades de Empresarios de Cine de España, el primer semestre de 2009 fue el segundo mejor semestre en los últimos 5 años. Según sus datos, en este primer semestre hubo 3,7 millones de espectadores más que en el año 2008.
Resaltan como factores para este buen arranque, el lanzamiento de grandes producciones, el exito del cine 3D y la buena acogida de las películas Españolas.
En una reciente entrevista con el presidente de Filmax, una de las principales distribuidoras y productoras españolas, comenta que hay crisis pero que su empresa ha buscado financiación privada para desplegar un nuevo plan de negocios. Acaban de iniciar cuatro películas y una tv-movie. Han invertido 16 millones de euros y emplearan a 500 personas, sin contar los empleos indirectos.
Esta claro: el cine español no es el monstruo traga subvenciones que pintan por ahí. Es un bien cultural que enfrenta una serie de problemas que no tienen que ver con su calidad artística o con sus autores, sino con la falta de una industria realmente potente en España y una serie de reglas que equilibren el mercado.
Los problemas del cine español están fundamentalmente en el proceso de la distribución y exhibición.
Los incentivos públicos y privados para su producción son importantes pero no solucionan los problemas que vive el sector si no se presentan combinados con acciones para su posterior exibición.
El boletín informativo del cine, que produce el Ministerio de Cultura, recoge algunos datos que facilitan la comprensión sobre el funcionamiento del mercado: en 2007 se estrenaron 137 películas españolas; en 2008 fueron 139, dos más que en el año anterior. En 2007 se estrenaron 461 películas extranjeras y en 2008 apenas 379. Se produjo un descenso de estrenos de películas norteamericanas y se mantuvieron los estrenos de las películas europeas.
Si los estrenos norteamericanos han disminuido y los españoles han aumentado, ¿dónde estamos fallando?
En la distribución:
Existen en España más de veinticinco distribuidoras, de las cuales las cinco más importantes son norteamericanas y tienen el 60% del mercado.
Las películas extranjeras (casi la totalidad de Estados Unidos) salen al mercado con un numero altísimo de copias. A modo de ejemplo, en el año de 2008, para los 379 títulos, el número total de copias fue 44.856, mientras que el total para las 139 películas españolas fue de 7.419.
Según los datos del Ministerio hay una tendencia en el mercado de hacer muchas copias para poco tiempo de explotación. De los títulos extranjeros, 57 han salido al mercado con más de 300 copias y 12 con más de 500. De las producciones españolas, 7 películas han salido al mercado con más de 300 copias y ninguna con más de 500.
En el marketing:
La combinación de los factores anteriores con la falta o la imposibilidad de un plan de marketing, es un elemento más que dificulta la vida del cine español.
En general, las películas españolas tienen un presupuesto bastante inferior a las películas extrajeras, lo que obliga al productor a gastar casi la totalidad del presupuesto en la producción y postproducción, no dejando nada para el plan de marketing.
Un presupuesto de 6 o 12 millones de euros de producción, no puede permitir 2 millones de euros para una buena campaña de marketing.
Así, la película llega a la distribuidora con un presupuesto nulo para copias y publicidad, esperando que sea ésta la que se encargue de esos detalles.
Si la película tiene un carácter comercial, como pueden ser las comedias o el cine de terror, consigue que una de las cinco mayores distribuidoras de España entre en el proyecto. Pero dentro de su catálogo, las películas españolas son minoría y exigen un plan de marketing diferenciado, ya que no se pueden someter a franquicia como la mayor parte sus productos, que casi siempre siguen el mismo procedimiento publicitario, de modo que encargarse de un título español significa más trabajo para la distribución.
La distribuidora pone el plan de marketing en acción, pero este bombardeo cuesta caro y a las dos semanas se acaba. El título que tenía apenas algunas copias hizo taquilla en las grandes ciudades, pero debe empezar a viajar y en la cuarta semana nadie se acuerda de él, porque ya tenemos nuevos estrenos y con mucha publicidad. La taquilla deja de contabilizar.
En la exhibición:
Las salas de exhibición sufren un cambio radical. Las pequeñas están siendo sustituidas por los grandes complejos multisalas localizados en los centros comerciales.
Los diez primeros puestos de recaudación en el año de 2008, ocupan grandes complejos. Tres de estos cines multisalas pertenecen a las cinco mayores distribuidoras que son empresas norteamericanas y forman parte de grandes estudios de cine.
En España existe una ley que obliga a los distribuidores a cumplir una cuota de mercado del 25% de películas europeas. Pero la ley no hace distinción sobre en qué sala o en qué horario, y la película puede ser retirada después de la primera semana.
De media, el 60% de la recaudación que tiene una película se efectúa durante las tres primeras semanas de cartelera. Pero, si las películas españolas tienen menos copias y menos publicidad, deberían estar más tiempo en cartel para compensar y permitir que el público la vea. Realmente los títulos españoles permanecen en cartel menos que los norteamericanos.

Est claro que el mercado necesita algún tipo de regulación. Entre los años 2003 y 2006, algunos exibidores denunciaron a las distribuidoras de cine Walt Disney/Buenavista International, Sony Pictures, Hispano Foxfilm, United International Pictures y Warner Sogefilms, por concertar precios y repartirse el mercado de manera anticompetitiva.

Pero por encima de las dificultades, las películas españolas siguen recaudando. En 2008, la cifra fue de 81.610.589,39 € y sólo en el momento en el que se compita en igualdad de condiciones, podremos saber realmente si el público las quiere ver o no.

Hay que resaltar que el mercado está sufriendo un cambio radical con el cine digital, el 3D e internet, pero si el gobierno no establece leyes que regulen el mercado, los mismos desfases se volverán a manifestar en los nuevos medios.

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